Contracorriente

En las últimas semanas hemos venido estudiando con el grupo de jóvenes de Raíces y Alas, que por cierto ahora se llama \»el Refugio\», el libro de Daniel y a través de la vida de este personaje hemos aprendido que, a pesar de la edad y de las circunstancias adversas, incluso, a pesar de la presión de grupo y de otros factores sociales y financieros, es posible vivir de manera equilibrada y madura (aún siendo jóvenes).

Daniel vivió lejos de su tierra en contra de su voluntad, no estaba de paseo o en viaje de promoción, negocios o turismo, llegó hasta Babilonia, fue allí en condición de cautivo, esclavo, secuestrado por el imperio que había invadido su país natal.  Allí fue sometido a una presión social muy dura, con gente que tenía diferentes costumbres y creencias, gente con valores muy distantes y diferentes de los suyos, sin embargo supo mantener y defender sus convicciones y nunca dejó de comportarse de manera íntegra.  Daniel es una verdadera inspiración para nosotros, es el paradigma de lo que una persona auténtica es, es un referente de lo que es la audacia y el valor, es la antítesis de la mediocridad.

Los resultados que obtuvo Daniel en su vida fueron extraordinarios.  Llegó a ocupar una posición de autoridad a través del paso de dos imperios diferentes, el Babilonio y el Medo-Persa, fue considerado como una eminencia en temas espirituales y morales, ganó el aprecio y el trato directo de grandes emperadores, incluso se registra que no solo fue admirado y respetado por los reyes, sino además ganó el aprecio del corazón de alguno de ellos.  Pero lo más importante es el buen nombre que ganó.  Nada más valioso que tener un nombre bañado de integridad, revestido de dignidad, libre de culpa y de vergüenza   Lo dice Proverbios 22.1 , ni los metales más preciados pueden compararse al valor de tener un buen nombre, y Daniel, a lo largo de su vida construyó su nombre.

Cada uno de nosotros de manera particular aprende algo muy personal de Daniel.  Me entusiasma mucho el saber que Dios puede darnos la audacia y la integridad de Daniel y así convertirnos en gente integralmente exitosa, lo único que se requiere es obediencia y sencillez de corazón.

No te confundas ni te dejes llevar por la corriente, conviértete en un revolucionario audaz de la integridad, levanta el estándar de los valores que Dios propone y sé un apasionado de la obediencia a Dios y su Palabra.